LIMPIEZA ROBOTIZADA Y DESENGRASADO DE CAMPANAS EXTRACTORAS Y CONDUCTOS DE HUMOS GRASOS

Las cocinas industriales disponen de un sistema de extracción diseñado para evacuar el humo, los vapores y los olores.

Los humos y vapores extraídos contienen una gran concentración de grasa que forma una capa que recubre las superficies por donde pasan.

Esta grasa acumulada es altamente inflamable, siendo el tiro del conducto un canal adecuado para que el fuego se propague por el mismo (efecto chimenea), lo que provoca gran parte de los incendios producidos en los edificios.

ALFUS-IRIS ofrece un SERVICIO COMPLETO DE LIMPIEZA Y DESENGRASADO DE CAMPANAS EXTRACTORAS Y CONDUCTOS DE HUMOS GRASOS.

La limpieza e higienización periódica de las campanas, conductos y extractores, es una operación indispensable para conseguir:

  • Evitar riesgos de incendio.
  • Evitar riesgos de contaminación alimentaria.
  • Evitar problemas en el aseguramiento de riesgos o cobertura de estos por los seguros.
  • Evitar problemas de índole administrativo sancionador (sanitario/alimentario).
  • Evitar humos y olores.
  • Mantenimiento y mejor rendimiento del propio sistema.
  • Mejor imagen del establecimiento.

NORMATIVA VIGENTE

Aunque en muchos casos no existe una norma específica, el Código Técnico de la Edificación en su Documento Básico de Seguridad en Caso de Incendio (DB SI), se identifican las cocinas con una potencia instalada superior a 20kW, como locales y zonas de riesgo especial. Es por ello que, las cocinas para usos colectivos, como restaurantes, bares, hospitales y similares, suelen clasificarse como Locales de Riesgo.

DESCRIPCIÓN DEL SERVICIO

En primer lugar, se realiza una Inspección visual de la instalación completa. Es el primer paso para la verificación del estado de higiene, así como de cualquier deterioro y situaciones particulares observadas en el sistema de extracción de humos grasos.

La limpieza se realiza a través del cepillado neumático con un equipo robotizado que emplea un sistema de aire comprimido. Este sistema genera una espuma que derrite la grasa más incrustada, hace girar un cepillo dentro del conducto (el motor gira a derecha e izquierda derritiendo la grasa). La espuma tiene efecto de permanencia diluyendo la grasa. La disolución química se aplica a una temperatura de entre 50 y 60º. Finalmente, se realiza el aclarado del conducto y retirada de los residuos producidos.

Tras la realización de las diferentes actividades, se entregará un certificado final de la limpieza realizada junto con un informe detallado de las operaciones llevadas a cabo.